La industria de la aviación se enfrenta a un desafío crucial para reducir su impacto ambiental, y los combustibles sostenibles de aviación (SAF) han emergido como una solución clave. Producidos a partir de recursos renovables como residuos agrícolas y aceites reciclados, los SAF pueden reducir las emisiones de CO2 en hasta un 80%, lo que los convierte en una herramienta esencial en la lucha contra el cambio climático.

Además de los beneficios medioambientales, los SAF también ofrecen ventajas económicas, como la creación de empleo y la reducción de la dependencia de combustibles fósiles. A medida que las aerolíneas y los productores invierten en estas tecnologías, el camino hacia una aviación más verde parece cada vez más viable.