PMV, la solución para reducir riesgos al lanzar nuevos productos

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Imagina que tu empresa quiere diversificarse y empezar a fabricar máquinas de helados. Lanzar una idea a un mercado ya de por sí plagado de productos que cumplen con necesidades de los usuarios supone no solo un coste elevado, también un gran riesgo. Por eso, empresas como Infinitia se encargan de facilitar este proceso sirviendo de guía a sus clientes dentro de la metodología del PMV o Producto Mínimo Viable: una forma de que grandes empresas puedan probar su nuevo producto antes del desembolso que conlleva la fase de desarrollo industrial y su salida al mercado definitiva.

Pero, ¿qué es un PMV?

El CEO de Infinitia Javier Sanz lo describe de la siguiente manera: “El Producto Mínimo Viable es lo que defines como lo mínimo, como dice su propio nombre, para validar la idea del nuevo producto con los usuarios, es decir, con el cliente final”. En otras palabras, el PMV se encarga de comprobar si la máquina de helados tiene potencial y genera un interés en los usuarios antes de lanzarse al mercado.

No se trata de desarrollar un producto desde la parte técnica e industrial, sino de “un pequeño demostrador o una pequeña prueba concepto con un usuario final al que ponérselo delante”, afirma Sanz. Por ejemplo, llevar a cabo una maqueta de una máquina simple que fabrique helados en casa y que incluya cucuruchos. Eso sí, esta metodología se caracteriza por hacer las cosas a muy bajo coste y a un plazo más reducido que si hicieras un gran desarrollo, siguiendo los principios de simplicidad, funcionalidad y usabilidad.

¿Cómo se crea el Producto Mínimo Viable?

Pero, antes de fabricar el prototipo de nuestra máquina de helados, “lo importante es definir cuál es el producto mínimo viable, es decir, hasta dónde quieres llegar”, explica Inko Romero, consultor de Desarrollo de Producto en Infinitia. Se trata de concretar lo mínimamente necesario para sacar la máxima información, es decir, desarrollar un boceto de la máquina, una web sencilla en la que aparezca un prototipo digital sin ‘market place’ pero que notifique a la gente interesada o llevarlo un paso más y desarrollar una maqueta tangible. Es recomendable utilizar técnicas de prototipado rápido o impresión 3D para generar una maqueta de la heladera y así testearla.

¿Cómo saber si nuestra idea tiene potencial?

Una vez tengamos el PMV en nuestras manos, ha llegado la hora de validar la idea. Por un lado, Romero explica la necesidad de “ver qué productos hay similares, qué características y qué atributos tienen”. Esto se consigue gracias a la investigación de mercado. En otras palabras, se trata de analizar las heladeras que ya se comercializan, qué otros productos sustitutivos existen, y a qué tipo de consumidores van dirigidas.

Para ello, es muy útil conseguir interactuar con el usuario final. Por ejemplo, se entrevista a un grupo de 10 a 30 panelistas y se les entrega nuestro prototipo de heladera para que interactúen con ella. Entonces, se les pregunta: “¿Qué te parece?”, “¿Te gusta?”, “¿Por qué no te gusta?”, “¿Le ves utilidad?” o “¿Qué cambiarías o cómo lo harías tú?”. Y, gracias a esta información que da tanto el mercado como el usuario, el empresario constata si “realmente lo que se propone tiene sentido o está perdiendo el tiempo”. No solo eso, sino que este proceso permite iterar y mejorar la idea o bien descartarla y enfocarla en algo totalmente distinto. Por ejemplo, fruto de estas entrevistas con los panelistas, se podría sugerir la opción de que la heladera no solo sirviera cucuruchos sino también tarrinas. Infinitia dispone de su propio panel de usuarios IUtest, mediante el cual se validan este tipo de PMV y nuevos proyectos innovadores.

Otra forma de validar el PMV con los usuarios es a través de un cuestionario online. “En el primer caso, buscas la calidad de las respuestas y ver la interacción entre el usuario y el PMV y, en el segundo caso, prima el volumen, el validar la idea con un mayor número de panelistas para medir el éxito”, asegura Sanz.

Si el resultado de la validación es el deseado, llega el momento de pasar a la fase más industrial y técnica en la que se desarrolla la heladera con todos sus componentes y accesorios definitivos, teniendo un alto grado de seguridad gracias al Producto Mínimo Viable.

La “esencialidad” de no saltarse este método

Para el CEO de Infinitia, “el PMV te permite validar o mejorar la idea, producto o modelo de negocio a un coste y un riesgo y a un plazo muy muy reducido y de forma controlada”. Por ello, desde la empresa, siempre recomiendan hacerlo para evitar el “batacazo” que supone en el 95% de las ocasiones lanzarse de primeras a la fase de desarrollo de producto. “Igual han invertido miles y millones de euros y han estado años trabajando y resulta luego que el usuario no le ve interés o le echa en falta algo o simplemente no está dispuesto a pagar el dinero porque hay un producto muy similar, un producto sustitutivo que le merece más la pena”, explica Sanz.

 

 

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