Se estima que hasta un 20% del vapor generado en la caldera se pierde a través de fugas y purgadores que operan mal, ya sea por que estén dañados, infra dimensionados, no sean el purgador adecuado o, incluso, porque haya purgadores cercanos que estén fallando.
El propósito de un programa de inspección de purgadores de vapor debe ser el de reparar los purgadores defectuosos y las fugas de vapor que puedan afectar a la seguridad de las personas y las instalaciones, así como a la calidad del producto, a través de la disminución del despilfarro energético y, al fin y al cabo, a la reducción de costes y mejora del beneficio,
Inspección de los ultrasonidos emitidos por los purgadores de vapor
En la rutina de inspección del purgador debemos comenzar por comprobar las temperaturas de trabajo, éstas le ayudarán a saber si el vapor está llegando al purgador, así como a estimar la presión de la tubería. Si la temperatura del purgador es baja, antes de emitir un diagnóstico o realizar la inspección, el inspector deberá verificar que las válvulas estén abiertas y que el purgador no se ha puesto fuera de servicio previamente por algún motivo. Si la temperatura está dentro del rango esperable, entonces el inspector puede anotar las temperaturas de entrada y salida.
A la hora de hacer una inspección y diagnóstico del estado de purgadores mediante la inspección de ultrasonidos es crucial conocer el tipo de purgador que se va a inspeccionar y entender su modo de trabajo en las condiciones dadas. Existen purgadores cuya descarga es cíclica, en otros es continua y en otros es modulada por la cantidad de condensado que hay en la línea.
Si tenemos en cuenta que la probabilidad de que un purgador de vapor falle en una inspección anual es del 20%, en una bianual es del 30%, etc., podemos hacernos una idea del potencial ahorro existente al realizar inspecciones de purgadores de vapor periódicas.