Nos remontamos a una inspección con un instrumento de ultrasonidos en una instalación industrial en la que nos encontramos con un horno recién instalado. Este horno, de grandes dimensiones, mide unos 20 metros de largo y 5 metros de diámetro. El horno gira gracias a cuatro grandes motores entre 7 y 10 rpm. Cada motor cuenta con un juego de grandes rodamientos. Estamos ante un caso de rodamientos extremadamente lentos, los cuales son siempre un reto de cara a la inspección y monitorización de la condición.
Se usó el instrumento de inspección por ultrasonidos para inspeccionar todos los rodamientos. La mayoría presentaban un sonido uniforme y constante y una lectura de 0 dB, excepto uno. En uno de los rodamientos de este conjunto, el instrumento mostraba en pantalla 2dB en lugar de 0dB. Además, el sonido que se escuchaba a través de los auriculares era diferente: no era tan suave como en los otros rodamientos y tenía un sonido repetitivo de “golpeteo”. Esto le dio al inspector una indicación de que podría haber un problema con ese rodamiento en particular.
Tras conocer la existencia de una posible anomalía mediante ultrasonidos, se tomó una muestra de grasa para confirmar si había algún daño en el rodamiento. Tras el análisis de la muestra de grasa se constata una contaminación por metal. La presencia de partículas metálicas confirmó el daño indicado por el instrumento ultrasónico.
El siguiente paso fue, obviamente, programar una parada del motor para reemplazar el rodamiento, que estaba en muy mal estado, como se puede ver en las imágenes. Parte de la pista exterior se desprendió al extraer el rodamiento. Al inspeccionarlo resultó evidente que la jaula estaba completamente rota, ya que uno de los elementos rodantes estaba girado 90 grados.
Este descubrimiento permitió evitar importantes pérdidas económicas para el propietario del horno, ya que se evitaron daños mayores en una máquina que requiere de maquinaria especial para su manipulación.