Podría decirse que César Sallén es inventor, pues lleva toda una vida dedicada a la creación de objetos de la más diversa índole: desde robots hasta puertas de máxima seguridad pasando por su producto «estrella», aquel que podría ser la solución contra los incendios que, sobre todo en verano, protagonizan la realidad aragonesa. Define Ecofire como «agua sucia», pues realmente el producto lo parece, aunque tiene una diferencia que le hace «mucho más eficaz que el agua» y es que no se evapora. «Es un producto que es 50 veces más rápido que el agua y que además nunca deja de actuar porque no se evapora. Cuando entra en contacto con el fuego lo paraliza, pues es higroscópico», ha asegurado Sallén, cuya empresa se ubica en Monzón.
Esta innovación aragonesa ha sido usada ya para incendios en Portugal y tiene proyección internacional, pues creen que es la clave para reducir el impacto del fuego y prevenir las hectáreas calcinadas. «Una vez que tu echas el producto en una zona el fuego ni puede reproducirse en la misma ni reactivarse en caso de que ya haya sido quemada previamente. Con él, se puede atacar de manera directa al fuego o se puede utilizar como cortafuegos haciendo una barrera», ha relatado Sallén.
Otra empresa aragonesa afincada en Alfamén, Simonrack, ha sido la encargada de acelerar la producción de un producto por el que ya se han interesado otros países y que quieren implementar en España y, por supuesto, en Aragón. «Creemos que debería ser casi obligatorio que todos los cuerpos de bomberos lo incluyesen en su equipamiento porque puede facilitarles el trabajo al ser aislante térmico que permite acercarse al profesional al fuego para operar mejor», ha relatado el CEO de Simonrack, Ibán Moreno.